martes, 16 de julio de 2013

ENSAYO FINAL RLT


¿EN QUÉ ME TRANSFORMÉ Y EN QUÉ TRANSFORMÉ MI INSTITUCIÓN EDUCATIVA?

Por: Juan Manuel Dussán Luberth

Cuándo se cree que en la vida se van alcanzando todos los objetivos, las metas y  lo que se ha soñado, desde el punto de vista del horizonte de la sociedad; el hombre que ha mirado hacia el interior y ha puesto en dialogo su yo con su conciencia se da cuenta que las preguntas que aparentemente había  respondido, genera  unos interrogantes cada vez mayores, es decir jamás ha alcanzado el verdadero sentido de la vida, situación que la comunidad en la que se desenvolvía había visto como resuelta.

Nuevas situaciones se presentan y se ubica de manera diferente, en especial  que el ser está mucho antes que el tener, situación extrema, en especial cuando   ha sido perpetuado por  los medios masivos de comunicación, las entidades financieras, los clubes deportivos y demás  organizaciones sociales  donde según su punto de vista la escala de valores   es al contrario. Lo vemos diariamente en televisión en los horarios AAA, donde recuerdan los estragos del  narcotráfico, la violencia, la prostitución, el paramilitarismo entre otros flagelos que tanto daño le han hecho y le siguen haciendo a la sociedad colombiana, con largos tentáculos a nivel internacional.

Al venir con una visión académica y de llevar relativamente poco en el sector oficial, me convencí que las personas con un importante grado de formación deben estar en los sitios donde  verdaderamente puedan  aportar a los demás, es decir a servir; Inclusive enfrentándose a lo que los círculos académicos creen que es la única vía del pensador: congresos, producción de artículos en revistas indexadas y escritura de libros; sin embargo el citar cientos de autores y retomar de ellos las más bellas citas, a veces va en contravía de la realidad que vivimos y de alguna manera sería necesario aterrizar la teoría a la realidad.

También era necesario reconocer las dinámicas del intrincado mundo del sector privado vs el sector oficial, en especial en los compromisos y la amplia legislación donde se desenvuelve el servidor público, tantas veces criticado, como necesario para el acompañamiento real y certero a la comunidad.  Cuando se llega a lo público, tras sobrepasar un confuso proceso meritocrático, emanan más preguntas que respuesta, contradictoriamente se inicia  con la responsabilidad del servicio y la credibilidad de que se están haciendo las cosas bien, o ¿cuál sería el sentido de la existencia de los organismos de control?

Diariamente me pregunto, al luchar contra la adversidad, si realmente estoy en el lugar equivocado, sí la gestión, La administración y la gerencia desarrollada realmente sirven a tan noble propósito o si realmente se está generando un entramado de falsas expectativas a la comunidad, la cual seguiría en idéntica o peor situación frente a su día a día.

No puedo desligar el trabajo con el talento humano que acompaña la vida institucional y con quienes cotidianamente  se pretende construir o tal vez consolidar un clima institucional favorable y por qué no una posible cultura institucional.

Pero, cuando estamos frente a la realidad social donde la estigmatización, la desidia, la falta de presencia del estado, la falta de planeación y la desigualdad se hacen latentes, además de la inquisidora mirada de quienes se sienten mejores que los demás y cierran las puertas a miles de seres humanos que merecen un mejor destino, es decir, pensar que el proceso genético histórico y los imaginarios colectivos de una comuna completa están en peligro, tal vez por una especie de manipulación selectiva de la población y tal vez de la historia de la mayor población por comuna de la ciudad de Manizales.

Me he transformado como persona, como profesional, como ser humano, tratando de ubicar la conciencia antes que el ser, trato de  hacer consciente mi ser interno, para evitar que todo aquello que alimenta el ego pase a un primer plano.

Hoy puedo decir que aumenta mi compromiso al pensar en la “calidad y el éxito”;  en palabras de Eckhart Tolle “la calidad” está en lo que hacemos, hasta en la actividad más elemental. Calidad implica curiosidad y atención que vienen con la conciencia, nuestra presencia es requisito para la calidad; mientras acerca de “éxito”: lo que el mundo nos dice (por qué no lo sabe) es que no podemos alcanzar el éxito, solamente podemos tenerlo.

Para mi institución educativa solicito tres condiciones: que sea reconocida, respetada y pertinente, debe ser “un colegio bueno para gente buena”, parto de la idea de Albert Einstein por cuanto “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.

 es por ello que estoy convencido de la voluntad de cerca de 1600 estudiantes, sus familias, los docentes, los administrativos y los directivos Sinaistas, luchamos por construir conciencia de clase frente a la adversidad, pero también frente al sinnúmero de oportunidades para poder alcanzar como dice Savater “la felicidad”.

Cuando llegan los estudiantes miembros en su mayoría de familias descompuestas, que hacen parte de un espacio geográfico al que muy pocas personas ajenas a él se aventuran a pisar sus calles, niños y niñas que llegan con hambre y con muy pocos recursos económicos en sus bolsillos, algunos de ellos sitiados por pandillas o inmersos en el mundo del microtráfico o el consumo, sin embargo que reconocen a la institución educativa como “el corazón del barrio” y a sí mismo como parte integral de la comunidad educativa Sinaista; ponen sus esperanzas en la formación que se les brinda y en la socialización que les aleja de las calles, acompañados de hombres y mujeres comprometidos (as) con el proyecto que genere alternativas y compromisos para forjar el horizonte de sentido que seguramente cado uno (a) construye.

Ya se superó el momento en que se vivía el día a día sin más sentido que el esperar el siguiente a ver que sucedía. Se ha logrado generar esperanza de que las cosas pueden ser diferentes y que la educación es el instrumento para lograrlo. Los apoyos estatales, los programas y proyectos de ley, de fortalecimiento institucional y de pertinencia del MEN y de la SEM, han ayudado a ver la realidad con otros argumentos. Que las IES no son solo para cierta élite sino que se llega a ella con tesón, con esfuerzo y con ganas.

El proyecto de vida de los(as) niños (as) y jóvenes sinaistas se centra en el reconocimiento de sí mismos, de lograr todo con esfuerzo, pese a la adversidad y que aprender a aprender es posible si se le encuentra sentido a la educación, no fragmentaria y memorística, sino integrada, social y crítica.

 Que la tecnología no  solo se ve por televisión y que ellos no solo pueden accederla  sino manejarla y fortalecerla. Que participar es posible y que brillar con luz propia es una categoría que una vez adquirida,  jamás la dejarán de lado.

El rector líder transformador es un acompañante de un engranaje posiblemente definido desde las gestiones directiva, académica, económico - financiera comunitaria, apoyado por un equipo serio, formado académica, conceptual y humano. Pero guiado por la relación cuerpo, mente y espíritu y basado en la coherencia del pensar, el decir y el hacer. Seres sensibles y que disciernen en pro de un proyecto libre, el proyecto Sinaista.

Hoy más que nunca siento que mi aporte ha valido la pena, que las decisiones de vida han sido las adecuadas que mi formación se ve reflejada en la realidad, que puedo ser paradigma para otros seres humanos, que mi palabra es escuchada, mis escritos leídos  y que al trabajar con otros en favor de otros la educación  adquiere máxima importancia, no como la olvidada cenicienta, sino como la vía más deseada y esperada .

Finalizo expresando que luego de algo  más de dos y medio años dentro de una de las mejores comunidades de Manizales, veo transformar mi ser, mi conciencia y  lo más importante a muchos niños, niñas y jóvenes que hoy entienden que el estudio es y sigue siendo  el horizonte de sentido que los hará mejores personas y mejores seres humanos.